Peregrinos procedentes de toda la India ya han comenzado en el municipio septentrional indio de Hardwar, bañado por las aguas del Ganges, el multitudinario festival hindú de Maha Kumbha Mela, entre cánticos religiosos, repicar de campanas y percusión de timbales. Desde primeras horas de la mañana, los fieles se sumergieron en el Ganges para purificarse y liberarse de sus pecados en el corazón de esta ciudad, situada en el estado de Uttarakhand; hasta cinco millones de personas desafiaron las bajas temperaturas invernales para darse el primer baño de purificación con el que empezó un festival que se prolongará durante los próximos tres meses. Los baños sagrados coinciden con el desplazamiento del Sol hacia Capricornio, movimiento que simboliza el principio del fin del invierno. Los fieles además de las bajas temperaturas se enfrentan a los elevados niveles de contaminación del Ganges, que cada día recibe unos 3.000 millones de litros de vertidos, dos tercios de esta cantidad sin ningún tipo de purificación previa, según el Ministerio de Medio Ambiente. De una batalla mitológica (detallada más adelante) nació la festividad Kumbha Mela, que además de en Hardwar, se celebra en años alternos en Allahabad, Násik y Ujjain, las otras ciudades bañadas por gotas de néctar caídas durante la lucha divina. La Kumbha Mela tiene una edición intermedia cada seis años (Ardh Kumbh) y una de mayor tamaño, la actual Maha Kumbh o Gran Festival, que se celebra cada doce años.
A continuación, más detalles y la base mitológica del festival (Fuente: “La India por dentro”, Alvaro Enterría):
Los dioses (devas) y los demonios (asuras) aunaron en cierta ocasión sus fuerzas para batir el océano de leche primordial con vistas a obtener el licor de inmortalidad (amrita). Cuando por fin lo obtuvieron, Vishnu tomó la forma de Mohiní, una encantadora joven que distrajo a los asuras para impedirles que bebieran el preciado líquido. Tras beber de él los dioses, Garuda, el pájaro de Vishnu, se escapó con el cántaro que contenía el amrita. En su viaje, unas gotas de licor cayeron sobre otros cuatro lugares; Hardwar, Prayag (Allahabad), Násik y Ujjain, las cuatro ciudades donde se celebra alternativamente el gran festival llamado Kumbha Mela (“Festival del Cántaro”).
Aproximadamente cada tres años la Kumbha Mela tiene lugar en una de estas cuatro ciudades; al cabo de doce años vuelve al mismo sitio. Cada seis años se celebra la Ardha Kumbha (media Kumbha); cuando el ciclo de doce años se cierra, el festival es completo (Purna Kumbha). Todas las Kumbhas reúnen una cantidad ingente de personas, pero sin duda la más importante tiene lugar cuando se celebra la Purna Kumbha de Prayag (Prayag es el nombre antiguo de Allahabad). La última tuvo lugar en el año 2001.
Los millones de sadhus que recorren los caminos de la India se reúnen con ocasión de la Kumbha Mela. Se dice que incluso los yoguis que viven en cuevas del Himalaya totalmente apartados del mundo acuden a la Kumbha de Allahabad. Allí los jefes de las distintas órdenes y los altos personajes religiosos se encuentran, discuten y deciden cursos de acción. Todas las órdenes e instituciones religiosas envían al menos una representación. Además de los sadhus y saniasis, acuden millones de peregrinos, devotos, periodistas, curiosos y, hoy en día, también turistas.
La celebración de una Kumbha Mela es un acontecimiento que la administración debe organizar minuciosamente. Se construye una verdadera ciudad provisional: carreteras, tiendas de campaña, letrinas, electricidad, agua corriente, teléfonos y comunicaciones, hospitales, etc. En el año 1954, una estampida provocó más de 500 muertos en una Kumbha Mela; desde entonces la organización y control de masas se realiza de manera ejemplar. Cada orden tiene sus campos, tiendas y casetas donde moran los sadhus y sus simpatizantes y se organizan rituales diversos (pujas), sesiones de música, obras de teatro de tema mitológico, kathás y kirtans, etc., a los que acuden los visitantes. Al atardecer el ambiente se llena del ruido atronador de los altavoces vomitando toda clase de discursos y músicas devocionales.
Las fechas de la Mela están determinadas astrológicamente. En Allahabad se celebra desde la luna llena de enero (Paush Púrnima) hasta el día de Shiva Ratri, casi un mes y medio después. Mucha gente pasa allí todo este tiempo, bañándose cotidianamente en la unión (sángam) de los ríos Ganges, Yamuna y Sarásvati (este último es mítico), un sitio considerado muy sagrado, y dedicando el resto de su tiempo a orar, meditar y escuchar discursos religiosos. Hay seis días especialmente señalados. En estas fechas, el acontecimiento más importante es el shahi snan (baño real). Los ascetas acuden a bañarse en el sángam en coloridas y ruidosas procesiones. El orden del baño está rigurosamente fijado. En efecto, tradicionalmente son los nagas los primeros en acudir al baño, y en ocasiones surgen peleas entre distintas ramas por el orden de precedencia. Los nagas, de tradición guerrea, pueden enfadarse por cuestiones triviales, y en el siglo XIX hubo una gran batalla entre nagas shivaítas y vishnuítas en la que se produjeron muchas muertes. Los nagas son las estrellas de la Kumbha Mela. Se dirigen al baño desnudos, gritando “Har Har Mahadev” o “Jay Shri Ram” según su adscripción, sus mahamandaleshwars (jefes) y acharias (maestros) montados en elefantes, caballos o jeeps, y al meterse en el río saltan y bailan de alegría. Los espectadores les aplauden y gozan del espectáculo. Los nagas son iniciados dentro de la orden sólo en ocasión de las Kumbha Melas. Después de los nagas se bañan el resto de los ascetas y la gente común, en unas aguas que están bastante frías en esa época del año.
Yo (el autor, Alvaro Enterría) tuve la ocasión de acudir a la Kumbha Mela de 2001. Millones de personas, sobre todo aldeanos, jóvenes y ancianos, avanzaban hacia el sángam formando verdaderos ríos humanos de densidad creciente. Ellos eran los auténticos protagonistas de la Mela. Con una gran fe, venían de cerca y de lejos, dormían donde podían y se hacían la comida en grupo con las provisiones que traían. A su lado, hombres de negocios o profesionales modernos compartían el mismo espacio en un ambiente de callada alegría y fraternidad. Se calcula que participaron en el festival ¡cerca de setenta millones de personas! En el día más importante, quizás veinte millones de hombres y mujeres se concentraron en la zona, entrando y saliendo de la ciudad continuamente. Se dice con razón que la Kumbha Mela es la más grande concentración humana del planeta. Los altavoces daban los nombres de las personas que se habían perdido, para que sus compañero los recogieran. Pero lo que más me sorprendió fue que no se producían incidentes: no había peleas ni discusiones. Que una concentración de tantos millones de personas se realice de forma totalmente pacífica es un acontecimiento sin duda admirable.
A continuación, más detalles y la base mitológica del festival (Fuente: “La India por dentro”, Alvaro Enterría):
Los dioses (devas) y los demonios (asuras) aunaron en cierta ocasión sus fuerzas para batir el océano de leche primordial con vistas a obtener el licor de inmortalidad (amrita). Cuando por fin lo obtuvieron, Vishnu tomó la forma de Mohiní, una encantadora joven que distrajo a los asuras para impedirles que bebieran el preciado líquido. Tras beber de él los dioses, Garuda, el pájaro de Vishnu, se escapó con el cántaro que contenía el amrita. En su viaje, unas gotas de licor cayeron sobre otros cuatro lugares; Hardwar, Prayag (Allahabad), Násik y Ujjain, las cuatro ciudades donde se celebra alternativamente el gran festival llamado Kumbha Mela (“Festival del Cántaro”).
Aproximadamente cada tres años la Kumbha Mela tiene lugar en una de estas cuatro ciudades; al cabo de doce años vuelve al mismo sitio. Cada seis años se celebra la Ardha Kumbha (media Kumbha); cuando el ciclo de doce años se cierra, el festival es completo (Purna Kumbha). Todas las Kumbhas reúnen una cantidad ingente de personas, pero sin duda la más importante tiene lugar cuando se celebra la Purna Kumbha de Prayag (Prayag es el nombre antiguo de Allahabad). La última tuvo lugar en el año 2001.
Los millones de sadhus que recorren los caminos de la India se reúnen con ocasión de la Kumbha Mela. Se dice que incluso los yoguis que viven en cuevas del Himalaya totalmente apartados del mundo acuden a la Kumbha de Allahabad. Allí los jefes de las distintas órdenes y los altos personajes religiosos se encuentran, discuten y deciden cursos de acción. Todas las órdenes e instituciones religiosas envían al menos una representación. Además de los sadhus y saniasis, acuden millones de peregrinos, devotos, periodistas, curiosos y, hoy en día, también turistas.
La celebración de una Kumbha Mela es un acontecimiento que la administración debe organizar minuciosamente. Se construye una verdadera ciudad provisional: carreteras, tiendas de campaña, letrinas, electricidad, agua corriente, teléfonos y comunicaciones, hospitales, etc. En el año 1954, una estampida provocó más de 500 muertos en una Kumbha Mela; desde entonces la organización y control de masas se realiza de manera ejemplar. Cada orden tiene sus campos, tiendas y casetas donde moran los sadhus y sus simpatizantes y se organizan rituales diversos (pujas), sesiones de música, obras de teatro de tema mitológico, kathás y kirtans, etc., a los que acuden los visitantes. Al atardecer el ambiente se llena del ruido atronador de los altavoces vomitando toda clase de discursos y músicas devocionales.
Las fechas de la Mela están determinadas astrológicamente. En Allahabad se celebra desde la luna llena de enero (Paush Púrnima) hasta el día de Shiva Ratri, casi un mes y medio después. Mucha gente pasa allí todo este tiempo, bañándose cotidianamente en la unión (sángam) de los ríos Ganges, Yamuna y Sarásvati (este último es mítico), un sitio considerado muy sagrado, y dedicando el resto de su tiempo a orar, meditar y escuchar discursos religiosos. Hay seis días especialmente señalados. En estas fechas, el acontecimiento más importante es el shahi snan (baño real). Los ascetas acuden a bañarse en el sángam en coloridas y ruidosas procesiones. El orden del baño está rigurosamente fijado. En efecto, tradicionalmente son los nagas los primeros en acudir al baño, y en ocasiones surgen peleas entre distintas ramas por el orden de precedencia. Los nagas, de tradición guerrea, pueden enfadarse por cuestiones triviales, y en el siglo XIX hubo una gran batalla entre nagas shivaítas y vishnuítas en la que se produjeron muchas muertes. Los nagas son las estrellas de la Kumbha Mela. Se dirigen al baño desnudos, gritando “Har Har Mahadev” o “Jay Shri Ram” según su adscripción, sus mahamandaleshwars (jefes) y acharias (maestros) montados en elefantes, caballos o jeeps, y al meterse en el río saltan y bailan de alegría. Los espectadores les aplauden y gozan del espectáculo. Los nagas son iniciados dentro de la orden sólo en ocasión de las Kumbha Melas. Después de los nagas se bañan el resto de los ascetas y la gente común, en unas aguas que están bastante frías en esa época del año.
Yo (el autor, Alvaro Enterría) tuve la ocasión de acudir a la Kumbha Mela de 2001. Millones de personas, sobre todo aldeanos, jóvenes y ancianos, avanzaban hacia el sángam formando verdaderos ríos humanos de densidad creciente. Ellos eran los auténticos protagonistas de la Mela. Con una gran fe, venían de cerca y de lejos, dormían donde podían y se hacían la comida en grupo con las provisiones que traían. A su lado, hombres de negocios o profesionales modernos compartían el mismo espacio en un ambiente de callada alegría y fraternidad. Se calcula que participaron en el festival ¡cerca de setenta millones de personas! En el día más importante, quizás veinte millones de hombres y mujeres se concentraron en la zona, entrando y saliendo de la ciudad continuamente. Se dice con razón que la Kumbha Mela es la más grande concentración humana del planeta. Los altavoces daban los nombres de las personas que se habían perdido, para que sus compañero los recogieran. Pero lo que más me sorprendió fue que no se producían incidentes: no había peleas ni discusiones. Que una concentración de tantos millones de personas se realice de forma totalmente pacífica es un acontecimiento sin duda admirable.
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